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lunes, 5 de julio de 2010

EL SINDROME DE ESTOCOLMO

La huelga es un derecho de los trabajadores y esa libertad del derecho a la huelga esta amparada en la propia Constitución, pero algunas veces los derechos de los trabajadores a realizar una huelga conculca y se enfrenta con la libertad de los que no quieren hacer huelga o se ven afectados de una forma u otra, en sus quehaceres cotidianos.

Esta semana se ha vivido en Madrid una huelga, que tiene varios factores que ha incidido tanto en su participación como en los resultados. Uno de los factores principales, es que esta es una huelga y un pulso de los sindicatos al gobierno del PP en Madrid, ya que es incomprensible que los mismos sindicatos que convocaron la huelga en la administración pública contra el Estado, declaren una huelga indefinida en una empresa pública por el mismo motivo, que es una reducción del 5% en sus nóminas.

El segundo factor, y el más importante es que todas las empresas públicas están creadas para dar servicios a los usuarios, y en las huelgas en estas empresas, los servicios básicos deben de estar regulados para no tener como rehenes a los ciudadanos, como han ocurrido en esta ocasión.

En una huelga, los trabajadores sentimos empatía entre nosotros y algunas veces llegamos a sentir el síndrome de Estocolmo, es decir aunque seamos rehenes de los propios huelguistas, sentimos que su lucha es la nuestra y la apoyamos. Pero cuando esos mismos trabajadores se aprovechan de esa situación y utilizan al resto de los ciudadanos como marionetas para lograr su objetivo, esos vínculos de unión virtuales se rompen dejando al descubierto las diferencias entre los trabajadores públicos y los de las empresas privadas.

La mayoría de las empresas públicas son deficitarias en parte por la mala gestión, debido a que los gestores obedecen al partido en el poder y en parte porque los trabajadores a la hora de lograr sus objetivos, secuestran los servicios que proporcionan a los ciudadanos y los políticos, como norma acceden a sus pretensiones mayoritariamente económicas.

En Morón, los sindicatos mayoritarios, seguirán las indicaciones para la huelga general de Septiembre y es poco viable una huelga, como la de Madrid, de las empresas que dan servicios públicos (agua, sanidad, limpieza), porque la cantidad de trabajadores de estas empresas y el número de personas afectadas, no tendrían la misma repercusión ni el seguimiento mediatico.

También en Morón, ha surgido un nuevo movimiento laboral, el ATAC (Asamblea Trabajadores Afectados por la Crisis), este movimiento tiene como filosofía: Quien quiera trabajar se lo tiene que currar, y para este fín, han creado una bolsa de trabajo para las obras del plan E, donde los trabajadores en paro, para estar en esta bolsa aparte de cumplir los requisitos deben de acudir a todas las asambleas y manifestaciones que se decidan.

La idea es original e innovadora, pero tiene en contra, que deja fuera de juego a todos los trabajadores en paro que libremente no quieren pertenecer a ninguna asociación, sindicato o asamblea, o no quieran participar en reuniones o manifestaciones promovidos por esta asamblea, por ese motivo da a esta asamblea un carácter excluyente.

Todos los trabajadores, tanto los activos como los parados, nos encontramos en una encrucijada y no queremos ser títeres en unos escenarios que no hemos elegido y ser obligados por sindicatos y trabajadores que dicen defender sus derechos y con ello, nuestros derechos.

PERULERO

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