EL ENFERMO IMAGINARIO

En la obra de Moliere, Argan, el enfermo imaginario o hipocondriaco padece de todas las enfermedades y busca curas a través de las caras medicinas que les recetan los doctores.

En Morón, tenemos en la figura de nuestro alcalde, una clara similitud con el actor principal de esta obra de Moliere, porque para los efectos de acudir a su puesto de trabajo, el alcalde está enfermo y a semejanza de otro personaje que se encuentra enterrado en el Valle de los Caídos, lo ha dejado todo atado y bien atado, delegando sus funciones entre su heredero y sus más “fieles” seguidores , pero debe ser un enfermo imaginario, ya que no se tiene constancia de que este de baja por enfermedad, porque sigue cobrando su sueldo integro.

Debemos recordar que actualmente tenemos un alcalde accidental, que no debemos confundir con un alcalde en funciones, por lo que tiene limitaciones en las atribuciones de su cargo que son exclusivas del alcalde, como establece la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local en sus artículos 21, 22 y 23, y por este motivo se puede estar incurriendo en un delito de usurpación de funciones que contempla el código penal en su artículo 402.

En la obra, Argan, se hizo pasar por muerto para ver la reacción de sus familiares, si nuestro alcalde realizara lo mismo con un anuncio ficticio de su muerte política, vería con asombro como muchos de los que actualmente le apoyan en público, mostrarían su alegría y cambiarían la frase de “yo, con Morilla” a la de “el responsable y culpable de todo era Morilla”.

El próximo miércoles, día de la huelga, no sería extraño ver entre los piquetes informativos en el ayuntamiento al propio alcalde, debido a que una de las propuestas de la reforma laboral, le atañe de una forma muy directa, ya que establece el despido por absentismo laboral. Sería reconfortante ver alguna vez a nuestro alcalde en su puesto de trabajo o cerca de su puesto y que los accidentales recuerden que sus funciones son provisionales, aunque se comporte como si fueran definitivas.

PERULERO