Estamos en época de ferias y todos los pueblos de la geografía española, celebran sus ferias intentando cada uno que acude a ellas, olvidar por unos días los pesares que están acarreando la maldita crisis.
También hay ferias internacionales como la Expo de Shanghái, donde ha estado Zapatero, mostrando todos los triunfos conseguidos en su mandato, bajo la mirada atenta del muñeco gigante “Miguelin”, lo malo es que lo único que ha podido mostrar como triunfo es la Copa del Mundo de futbol, apropiándose de un mérito que no es suyo. Lo peor de todo es que ha terminado su gira asiática y ya lo tenemos de vuelta, con lo a gusto que nos habíamos quedado en su ausencia.
En Morón, cada día que pasa se nota más la crisis y cada vez más familias se encuentran atrapadas en un bucle que no se rompe y por ahora no tiene viso de tener una salida a un corto plazo, por lo que esta feria podremos ver las casetas más vacías y los habitantes de Morón limitando el gasto para la feria.
Puede que veamos a nuestros políticos, todos reunidos junto al “Padrino” (Alcalde Morilla), en la cena que realizan como todos los años en la caseta municipal, deleitándose con todo tipo de viandas y bebidas, la duda razonable será si el pago de la comida será a costa de las arcas municipales, de un empresario anónimo o veremos al concejal de Hacienda, contando las cervezas y las gambas que han tomado cada uno y pedir a cada uno de los concejales que abone su parte proporcional y escuchar al concejal pidiéndole tres euros más al alcalde porque se ha tomado dos cervezas y unas cuantas gambas más que los demás asistentes.
Aunque el alcalde debe estar ahorrando para lo que con justicia, se le debe de avecinar. Porque, si viviéramos en una sociedad justa y hubiera equidad en las decisiones, con la misma rapidez que se concedió la licencia de obra para el cortijo de Zafra, se debería estar actuando con el expediente sancionador para imponer la multa que le corresponde en su grado máximo, ya que no se le ha podido imputar delito penal, que la sanción administrativa sirva como ejemplo, de que nadie está por encima de la legalidad vigente.
Además, la cuantía de esa multa, le vendría muy bien a las cuentas del presupuesto del 2010 del ayuntamiento, que taparía una parte de estos presupuestos, que se debería de llamar “El cuento de la lechera”, porque muchos de los números están en la imaginación, siendo irreales y cuya realidad se plasmara el uno de enero, cuando se den cuenta de que el cántaro de leche se le ha roto mucho antes de lo que pensaba.
PERULERO
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