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martes, 2 de noviembre de 2010

PUBLICIDAD SUBLIMINAL

En estos tiempos de crisis, vemos como las empresas hacen uso de todo sus departamentos de marketing para poder influir en sus posibles clientes, haciendo uso, tanto de la publicidad directa como de la publicidad subliminal.

Pero la publicidad no se encasilla solamente en unos productos fabricados, sino que abarca tambien otros aspectos de la sociedad, incluyendo el mundo de la política.
En la política, el marketing se realiza a través de publicidad directa que incluye los slogans y los programas electorales, que como todos sabemos son engañosos, que van desde los slogans del “puedo prometer y prometo” de Adolfo Suarez, a “por el cambio” de Felipe Gonzalez, pasando por “juntos, vamos a más” de Aznar y terminando por el de Zapatero “por el pleno empleo”. Con estos slogan, nos damos cuentas de que la mayoría de ellos, solo estaban destinados a unos pocos elegidos, y que todos estos slogan se podrían cambiar por el “ con un poco de pasta, basta”, ya que los elegidos mayoritariamente del partido político en el poder de la población, autonomía o a nivel nacional, son los que han tomado al pie de la letra y ahora los vemos con lujosos trajes y propiedades que superan los bienes que se pueden conseguir con el sueldo de cualquier funcionario al servido de la comunidad.

Hablar de los programas electorales de los partidos políticos, es tratarlo como si fuera un dogma de fe, los crees o no lo crees, pero el cumplimiento de los logros conseguidos en los programas electorales, se asemejan más a “Donde dice, digo, digo Diego”, ya que las mayoría son promesas incumplidas.

En Morón, nuestros políticos utilizan la publicidad directa y la subliminal. La directa utilizando términos taurinos, de saltar al ruedo político con frases como “la política es una mierda”, una gran verdad, lo que desconocemos es si se refería a toda la política, incluyendo a los políticos; y además, que por su amor a Morón, donaría su mísero sueldo entre los pobres de Morón, posteriormente se doblo el sueldo para dar más ayuda a los necesitados. Pero se olvido de incluir la coletilla de quien se ayuda a sí mismo, se ayuda dos veces y se ha ayudado bastantes veces.

En la publicidad subliminal, se realizo mediante una curiosa oferta gastronómica, incluyendo un plato de pescado, pero a más de uno se le ha atragantado ese plato, viendo el resultado del voto y de qué manera han utilizado esa confianza y muchos rechazaran cualquier mensaje con apariencia de regalo, porque sería ofrecer su voto como si fuera la compra de la primogenitura por un plato de lentejas, aunque lo disfrace de cigalas o de jamón.

Morón, ha vuelto a salir en las noticias y como de costumbre, no por noticias para enorgullecernos, más bien por el contrario, ya que un hábil empresario, novel en los términos de publicidad directa, ofrecía su mercancía mediante propaganda con un precio de reducción sobre su valor, pero la justicia ha dictaminado que aunque la publicidad no tenía trampas, era ilícito intentar vender ese producto.

Este comerciante, debería haber seguido la técnica de nuestros políticos. Los políticos nos engañan tanto en la publicidad como en el producto que nos venden, siendo defraudados constantemente del producto comprado, en estos casos la justicia no salen en nuestra defensa y la única medida posible que tenemos los consumidores es negarles el voto, la próxima vez que intenten con su publicidad engañarnos.

PERULERO

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